Hoy será nuestro último día de viaje y si todo sale como
tenemos previsto, a media mañana, ondeará la bandera murciana
en la plaza del Obradoiro. Nos quedan alrededor de cuarenta
kilómetros que a Juan Bautista se le van hacer muy duros.
Esta mañana ya ha tenido problemas antes de levantarnos y sigue con ellos, parece una gastroenteritis.
Después de varias paradas, Juan Bautista lo esta pasando realmente mal, llegamos al Monte de Gozo. Santiago a nuestros pies, las agujas de la catedral marcando nuestra meta. ¡Compostela es nuestro destino, allá vamos!
Estamos en la plaza del Obradoiro, a nuestras espaldas la imponente fachada de la catedral y mil doscientos kilómetros a lomos de nuestras bicicletas. Quince días de sufrimientos, alegrías y camaradería. En nuestras manos la bandera de la Región de Murcia, que ondeo con la brisa del Mediterráneo y ahora lo hace con la del Atlántico. Nos hacemos las fotos de rigor y buscamos alojamiento cerca de la oficina del peregrino. Dejamos las bicis, nos duchamos, cambiamos y regresamos de inmediato a la catedral a cumplir con los ritos y tradiciones ancestrales. Satisfechos y con el deber cumplido, regresamos a la oficina del peregrino a recoger nuestra Compostela.
Durante el camino Juan Bautista anhelaba la grandiosa mariscada de Santiago. El pulpo y la ternera gallega que íbamos a devorar ya libres de compromisos y bicicletas. El ribeiro y albariño que tendríamos el placer de trasegar.
El hombre propone y Díos o el destino dispone. Juan Bautista no puede probar bocado, todo le produce náuseas, solo toma líquidos y muchas pastillas y yo…tengo que ser solidario.
Esta noche en la cama, tristes y contrariados, nos hemos juramentado: Esto no quedará así…nos resarciremos en cuanto tengamos ocasión, si hay que volver en bici, pues nada se vuelve.
Salida: Azúa
Llegada: Santiago
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Distancia: 37.85 Km.