A la muerte de Fernando I (1065) el reino queda dividido entre
sus hijos Sancho II (Castilla), Alfonso VI (León) y García
(Galicia). Sancho aspira a recuperar las antiguas fronteras del
condado castellano y a unir de nuevo Castilla y León.
Rodrigo Díaz ocupo una posición de segundo orden en la corte.
Menéndez Pidal afirma que era alférez (general jefe) basándose
en la mención que de este hecho hace la Historia Roderici.
La capacidad militar de nuestro personaje le hace destacar en
las guerras que Sancho inicia contra sus hermanos (1066-1072).
Alfonso es derrotado en Golpejera y se retira al reino de Toledo
cuyo rey, a causa del contrato de parias, era feudatario del
monarca leones.
Muere Sancho II el Fuerte en el sitio de Zamora (1072) donde su
hermana Urraca se negaba a reconocerlo como rey de León. El
esfuerzo de Sancho, durante cinco años, ha servido para que
Alfonso encuentre unificados los dominios castellanos y
leoneses, lo que le permite preocuparse por los asuntos
musulmanes. Naturalmente nuestro personaje queda eclipsado en la
corte alfonsina, en esta manda la familia Vani-Gómez o Ansúrez,
condes de Carrión, que habían apoyado a Urraca y Alfonso y
acompañado a este en sus nueve meses de destierro en el reino
moro de Toledo.
En
1074 Rodrigo Díaz casó con Jimena, de origen desconocido. La
Historia Roderici la hace hija del conde Diego de Oviedo y
nieta de Alfonso V de León y nos relata como don Rodrigo, en
1079 es enviado a Sevilla a cobrar las parias al rey moro
Motámid, fue a tacado por los moros de Granada ayudados por el
conde García Ordóñez enviado a su vez a cobrar las parias de
Granada. Don Rodrigo gana la batalla cerca del castillo de Cabra
y retuvo tres días prisioneros a los caballeros cristianos. El
poema ensalza este hecho donde don Rodrigo afrenta al conde de
Najera, cogiendole por la barba y mesandole en ella una gran
pulgarada (en aquella época injuria gravísima y causa de
enemista perpetua). A su regreso García Ordóñez se queja al rey
y corrió el rumor de que el de Vivar se había quedado parte del
tributo.
En 1081 los moros atacan el castillo de Gormaz y don Rodrigo
indignado penetra en el reino moro de Toledo, feudatario de
Alfonso, devastando una extensa comarca y obteniendo un gran
botín, lo que provoca la IRA REGIA.
Alfonso no tiene otro remedio que imponer un severo castigo a
don Rodrigo, este consiste en el destierro y se le dan nueve
días para que abandone el reino. Don Rodrigo Díaz parte con su
mesnada hacia Barcelona, donde es recibido con frialdad, de aquí
a Zaragoza ofreciendo sus servicios al rey moro Moctádir. Este
lo acepta con la esperanza de librarse de la tutela y pago de
parias a los reinos de Castilla, Navarra-Aragón y de los
condados de Urgel y Barcelona.
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A la muerte de Moctádir el hijo mayor Mutamín hereda el reino de
Zaragoza y su hermano Al-Hachib los de Lérida, Tórtosa y Denia.
El Cid permanece al lado de Mutámin como jefe del ejercito real
entre 1082 y 1089 ganando para él las plazas de Peralta de
Alcolea, Monzón y Tamarite, reedificó y armó el castillo de
Almenar a tan sólo veinte kilómetros de Lérida. Derroto a Sancho
Ramírez de Aragón en tierras de Morella, llegando incluso a
capturar al conde de Barcelona, Berenguer en 1082.
En 1086 desembarcan los almorávides, esto supone un grave riesgo
para los cristianos del sur y los musulmanes de Al-Andalus y
trastoca todas las relaciones entre cristianos y musulmanes. La
derrota de Alfonso en Sagrajas (1086) inflingida por los
almorávides obliga a unir las fuerzas castellanas. Esto propicia
una aproximación entre Alfonso V y el Cid que será admitido de
nuevo en el reino (primavera de 1087).
Motámid rey de Sevilla pone sitio al castillo de Aledo, en junio
de 1098 Alfonso llama al Cid que se encuentra en Zaragoza para
que se reúna con el para la defensa de Aledo. El Cid acampa en
Onteniente y vigila los pasos de Cinchilla y Villena, pero
Alfonso baja por Hellín y acampa en Molina de Segura, lo que
hace desistir a Yuçuf del asedio y Alfonso regresa a Toledo sin
que el Cid hubiera llegado. El rey decreta un nuevo destierro
para don Rodrigo, a pesar de las cuatro impugnaciones juradas
que se conservan en la Historia Roderici.
El
Cid ofrece sus servicios a Al-Qadir de Valencia, cuando este fue
asesinado (1092) por el partido almorávide, el Campeador ocupa
militarmente la ciudad actuando en ella con plenos poderes hasta
su muerte en el año 1099.
Valencia, capital de extensas y ricas tierras pasa a ser ahora
su heredad personal, establece corte, en 1098 convierte la
mezquita en catedral y nombra al francés Jerónimo como obispo de
la nueva sede. Caso a sus hijas con las casas real de Navarra y
Cataluña dejando distinguida descendencia. A la hora de la
muerte (mediados 1099) nuestro personaje debió morir sastisfecho,
había llevado una vida intensa y fértil, partiendo como modesto
infanzón de castilla había incrementado su riqueza y poder por
encima de cualquier otro noble de la península. Mantuvo el
Levante español libre del poder almorávide, demostrando que no
eran invencibles, muestra de su capacidad militar es el hecho de
que los cristianos no pudieran mantener la ciudad de Valencia
tras su muerte. Jimena pide ayuda al rey, Alfonso acude, pero al
ver la situación, incendia la ciudad y abandona Valencia. Estuvo
en manos moras hasta 1238, recuperada por aragoneses y catalanes
en su Reconquista hacia el sur.
No es de
extrañar que una historia tan extraordinaria se hiciera digna de
los honores épicos. Un hombre que a pesar de partir de simple
infanzón, con su propio esfuerzo llego a alcanzar las más altas
cotas de poder,
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