ruta de la lana
Séptima Jornada: Atienza - El Burgo de Osma

Atienza


La carretera lleva sin perdida hasta Retortillo. Primero en dirección a Aranda, después por Alpedroches y Miedes.

A Miedes de Atienza, rodeado de antiguas y pastoriles teinas, se le ve un pueblo señorial, debió tener un pasado importante. Hoy, no supera los cuarenta vecinos.
A Miedes de Atienza y Retortillo los separa el bonito puerto de la Pela. Casi al final, una moderna teina afea el paisaje.

En Retortillo almuerza el viajero: bocadillo de chorizo a la sartén y dos cervezas. Por si acaso, otro de queso para el camino.

En Tarancueña, dos viejos miran intrigados a los viajeros:

    - ¿Que de muy largo?
    - De Murcia
    - Coño, largo queda
    - ¿El camino a Caracena esta bueno?
    - Quia… no se puede pasar
    - ¿Tan mal esta?
    - Ya hace mucho que no pasa nadie
    - Bueno, no estará tan mal cuando viene el paso como Ruta de la Lana
    - Ustedes prueben si quieren, pero… tendrán que volverse

El viajero piensa que exageran, que no será para tanto. Se despide y continúa.
Al poco, junto a un viejo molino, el bonito camino se transforma en senda que se vuelve intransitable para la bicicleta.
Opinan el viajero y su compañero, que es un camino suicida para aquellos ciclistas poco bregados en estas lides.
Una mano sujeta la bicicleta al hombro. La otra, se sujeta con desesperación a las rocas y yerbajos a su alcance. Abajo, el río. Arriba, los buitres. Delante, el desfiladero.
Solo la visión del ábside románico de Caracena compensa el sufrimiento. Pero aun queda subir al pueblo, no será fácil. Por un senderillo, apenas apto para las cabras, hay que arrastrar la bicicleta; y su equipaje, y el cansancio, y el calor, y… seguramente estarán locos los Amigos del Camino de Cuenca.

Siete vecinos, salvadora fuente y lavadero, sirven a los viajeros para refrescarse de los sofocos del camino.
De Caracena salen ya por carreterilla de asfalto, es medio día, el sol, cae a plomo, vertical e implacable. Más adelante, en un recodo de la carretera junto al río, bajo unos chopos, se detiene a comer algo y descansar.
Después de comer, a los viajeros les entra un sopor peligroso, tratan de hacer la siesta. No lo consiguen, las moscas; abundantes, concienzudas, pertinaces, se lo impiden. Se levantan, extienden los mapas sobre una mesa – el lugar se utiliza como campamento juvenil de verano-, sentados en un banco, miran, miden distancias, sopesan posibilidades.

Deciden que irán por Gormaz al Burgo de Osma, en vez de a san Esteban por Ínes y Olmillos.
La carreterilla discurre entre huertecillos de manzanos casi asilvestrados; las manzanas, de color verde claro, brillantes, con picaduras en la piel, estan ásperas y sosas, aún verdes.


Burgo de Osma

Al llegar a Fresno de Caracena, giran a la derecha hacia el Burgo.

El viajero ya lo conoce, pero a su compañero le hace ilusión recorrer el cañón del río Lobos.
Subirán hacia Silos por: el cañón del río Lobos, Orillares, Espeja, La Hinojosa, Huerta del Rey, Quintanarraya, Pinarejo y Mamolar.

La ruta por el Burgo de Osma y el cañón del río Lobos, no es mejor ni peor que por san Esteban, distinta y le apetece más a los viajeros. Algo más larga, quizás más atractiva e igualmente tranquila.

El Duero; imponente, protege por el Sur la fortaleza de Gormaz. La ribera, verde u frondosa, contrasta con los secos campos colindantes.
Nuevas carreteras despintan al viajero, Gormaz se queda a mano izquierda y no entran en él. Prosiguen. Junto al río Ucero, toman a la derecha por una antigua carretera, hoy convertida en carril-bici. Su caminar son vigilado por antiguas fortalezas.

Al Burgo de Osma se entra tras pasar un amplio parque que sirve de preludio a su majestuosa catedral.
Fue, la Uxama de los arévacos y de los romanos. Los rectos se pueden visitar en el cerro Castro, a un kilómetro de la población. Al parecer fue una de las diócesis más antiguas de España, con catedral gótica y torre barroca, claustro gótico y sepulcro del refundador de la diócesis, san Pedro de Osma.

Aseados ya, los viajeros reponen fuerzas frente a unas heladas cervezas. Sentados en la plaza de la catedral, contemplan; casi extasiados, el cristal escarchado. La condensación escurre, perezosa, hasta mojar la mesa.
Los niños corren, de aquí para allá. A su izquierda, una viaja algo sorda, intenta hacerse oír por con su compañera. A su derecha, la fuente refresca el ambiente. El sol, que ya cae, juguetea con la piedra cambiando colores y sombras a su antojo. El viajero se encuentra a gusto.

 

Información

Guía Práctica

Salida: Atienza
Llegada: El Burgo de Osma
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Alta
Distancia: 77.8 Km.

| Inicio | Etapa 1 | Etapa 2 | Etapa 3 | Etapa 4 | Etapa 5 | Etapa 6 | Etapa 7 | Etapa 8 | Etapa 9 |
BICIMUR - Amigos de la Bicicleta de Murcia 2006
Maquetación con Hojas de Estilo en Cascada CSS © 2005 Raúl Pérez