Renuncio a describir el recorrido de forma pormenorizada, pues ya lo
han hecho, y muy bien, los Amigos del Camino de Cuenca y Alicante en su web.
Igualmente, recomiendo encarecidamente, la adquisición de un librito, que a
pesar de su pequeño tamaño, es una magnifica guía del recorrido. En el
libro, La Ruta de la Lana –Guía del Peregrino a Santiago de Compostela-; se
describe el itinerario con detalle, desde san Miguel de Salinas hasta
Burgos; acompañado de mapas y reseñas, bien documentadas, del patrimonio
cultural que encontraremos a lo largo del recorrido.
Lo escrito en estas cuartillas, intenta ser, más la vivencia personal de la
ruta, que otra cosa. Para los más “tecnológicos”, acompaño un “track” del
itinerario seguido, realizado con gps.
La ruta la comencé en Almansa, desde dónde tenía referencias y sabía estaba
señalizada. No descarto la posibilidad de enlazarla con Murcia, bien a
través de Fortuna y Yecla o por Jumilla y Fuente la Higuera.
COMIENZA EL RELATO
El viajero apaga el ordenador, se levanta, hecha un vistazo alrededor.
Todo esta preparado; las alforjas en el suelo, llenas, rebosantes. Sobre la
silla: casco, guantes y gafas. En la mesa, a medio llenar, la bolsa de mano.
Extendido alrededor: mapas, apuntes, cuaderno, maquina de fotos, móvil,
tarjetas. Al fondo, documentación, dinero… que falta.
El viajero a comprobado una y otra vez su equipaje, da igual, siempre falta
algo. Su mujer lo reclama en el dormitorio.
- Cariño, es tarde, ven a la cama.
El viajero asiente, da un último vistazo y echa a andar por el pasillo.
Antes entra en la cocina, sobre el fogón: pulpos, candado y bidones para el
agua.
Es temprano, el viajero ha dormido poco. Circunstancias de última hora hacen
que lo acompañen hasta Almansa: hijo, nuera y mujer. Bicicleta y equipaje al
maletero. No cabe. Hay que desmontar. El viajero un poco “mosca” coge la
herramienta. Potencia, fuera. Portaequipajes, también. Ruedas, igual. Por
fin todo esta colocado. No ha tardado mucho, el tiempo apremia.
Ya en Almansa, el viajero monta lo que desmonto en Murcia. Piensa, que
cuando tenga tiempo, buscara la manera de hacer este enlace, también en
bicicleta.
Se despide de la familia, cuanto antes mejor, no vaya a ser que después le
cueste más y acaso no pueda.
Como siempre se ha olvidado algo; pulpos, bidón y candado se han quedado en
la cocina. Lo soluciona con una botella de agua, de medio litro, de las que
llevan “chupete”, que como los pulpos compra en la gasolinera.