A continuación se entra en la estrecha vega de San Cristóbal el Real, y el caserío de San Martín el Real para llegar a la localidad de Samos.
En el siglo VI San Martín Dumiense fundo el monasterio de Samos.
Por decisión de los Reyes Católicos pasa a afiliarse a la
congregación de San Benito de Valladolid. El río Ouribio lame
con su joven corriente los viejos muros del monasterio. La
fuerza de sus aguas hace funcionar los antiguos engranajes del
molino y la herrería.
Llega con suerte el viajero en domingo, circunstancia que le
permite escuchar la solemne misa, cantada magistralmente por los
monjes del monasterio.
Sarria antigua ciudad de origen romano que con el acontecer
del tiempo llegaría a condado. Discurre el camino por su calle
mayor, pasa por la iglesia parroquial de Santa María y por la
fachada septentrional del templo del Salvador de estilo románico
y cubierta de madera. En frente, el Hospital de San Antonio,
fundación de la casa de Lemos, hoy convertido en juzgado.
Bordea el camino el castillo hasta llegar a la iglesia gótica de
la Magdalena. Convento de origen italiano perteneciente a la
Congregación de la Penitencia de los Mártires de Cristo, de la
Regla de San Aguustín.
Camino y viajero cruzan juntos, por un pequeño puente, el río
Celeiro para dirigirse a Barbadelo, y recorrer un
ondulado camino que pone a prueba la capacidad del viajero para
estos menesteres, lo compensa, los bosques exuberantes de
enmohecidos robles y hermosos castaños.
Como contrapunto, diminutos huertos franquean el camino dando un
toque humano al paisaje.
Portomarín desaparecía tragado por las aguas del embalse
de Belesar para reaparecer en una colina cercana. Es el “Locum
Portomarín” del que hablan las crónicas, dos barrios unidos por
un puente romano. Poseyó hospital que se mantuvo hasta 1944 en
que fue derribado. Dos iglesias permanecen en la población: la
de San Pedro, que solo conserva su fachada románica de tímpano
bilobulado y la iglesia-castillo de San Nicolás, un prisma de
esbeltas proporciones coronado con almenas construido para
guarnecer el puente y el hospital.
Un buen yantar y, el correspondiente descanso, preparan al
viajero para cruzar el Miño.
Una cadena de poblaciones se sucederán unas a otras casi sin
tregua: Toxibo, Gonzar, Castromaior,
Hospital da Cruz, Ventas de Narón, Prebisa,
Lameiros, Santiago de Ligonde, Eirexe,
Portos, Lestedo y Brea hasta alcanzar el Alto
del Rosario, donde “se siente” ya Compostela.
Palas de Rei, ya citada en el Codex como Pallatium Regis.
Fue ciudad de cierta importancia en el s. XII y donde Aymeric
Picaud finaliza su duodécima jornada que había iniciado en
Triacastela.
Salida: Triacastela
Llegada: Palas
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Media
Distancia: 64 Km.