Fue el primero de los apóstoles en sufrir martirio bajo el
reinado de Herodes Agripa (40-44 d.c.). Ajusticiado por la
espada (decapitado) en el año 44 d.c., no había evangelizado un
territorio o país concreto. Carecía del prestigio de Pedro no
teniendo por parte de la cristiandad antigua y altomedieval un
gran culto y veneración.
Existen diversas noticias sobre una posible evangelización de
España por el apóstol Santiago. La primera, a principios del
siglo VII, un Breviarium Apostolorum escrito en latín siguiendo
fuentes bizantinas. La iglesia primitiva hispánica nunca
considero este carácter apostólico de Santiago.
El primer testimonio español de una seguridad contrastada
corresponde a una interpretación de una obra de san Isidro, De
ortu et obitu patrum, fechada hacia el año 650.
Un siglo después, las luchas con el poderoso invasor musulmán
avivarán la necesidad de un santo protector que estableciera un
contrapunto cristiano a la guerra santa musulmana.
Sentadas y aceptadas las bases de la evangelización española de
santiago solo faltaba la aparición del cuerpo y su manifestación
a los devotos.
Tenemos conocimiento del fenómeno por un diploma de Alfonso II
–realmente es una copia del s. XII- en el que hacia el año 834
el rey Alfonso tiene conocimiento de la aparición del cuerpo,
acude presuroso junto al sepulcro y decide entronarlo como
patrón y señor de la incipiente España, disponiendo el monarca
la construcción de una basílica para el culto jacobeo.
En la obra “Concordia de Antealtares” de 1077 se hace referencia
a unas extrañas luminarias que se aparecían en pleno bosque a un
ermitaño llamado Pelayo. Estos prodigios comienzan a ser comunes
a los habitantes de la parroquia de San Félix de Lovidio.
Teodomiro, obispo del lugar, decide investigar personalmente el
fenómeno. Después de tres días de de ayuno se adentro en el
bosque encontrando un pequeño edificio que identifico como el
sepulcro del Apóstol Santiago.
El hallazgo en Galicia de su cuerpo en el siglo IX y el apoyo de
las monarquías cristianas hispanas que lo hacen su patrón,
desata la piedad popular y su figura pasa a formar parte de los
rezos devotos de toda Europa.
Roncesvalles y Roldan: Monjardín, donde fue derrotado Furro
príncipe de los navarros. Combate singular entre Roldán y
Ferragut en Nájera, florecimiento de las lanzas en Sahún …todas
estas leyendas han contribuido a bautizar el camino como “El
Camino Francés”. Esto y el que todos los caminos europeos
confluían inevitablemente en Francia y fueron estos sin duda los
que pusieron un mayor empeño en su difusión.
El camino quedaría consolidado en el reinado de Sancho III de
Navarra.