Ya en el centro de Guadalajara el Tajo abandona su curso alto para adentrarse en la Alcarria, topónimo que significa “páramo”, hoy difícil de reconocer pues el río y sus afluentes han erosionado la planicie de tal manera que solo quedan algunos restos como los denominados “cerros testigo”,como muestra, las Tetas de Viana.

Se vera el Tajo obligado a un nuevo esfuerzo para internarse en la Baja Alcarria, tajar la sierra de Altomira. “...Mientras el Tajo atraviesa de norte a sur la serrezuela de Sacedón el Guadiela se le acerca desde el este por el paisaje real de los baños de La Isabela. Pero un murallón de rocas –la sierra de Enmedio- se interpone, y entonces el Guadiela se torna dramático: cambia súbitamente de rumbo y allí dobla con violencia al norte para precipitarse de frente en el Tajo. Juntos ya, y rebramando aún con la fuerza del encuentro, terminan de romper la serrezuela y se arrojan por el salto de Bolarque hacia las llanuras carpetanas de la baja Guadalajara anticipo de las toledanas y extremeñas...”Sampedro. J.L.

Tras el esfuerzo llega el sosiego y nuestro compañero va labrando su camino entre campiñas que poco a poco van ganando terreno a los páramos, ensanchándose su cauce, formando sotos y carrizales. Será frontera entre las tierras de Madrid y Toledo, formará magníficos cortados yesíferos y algunos de sus mejores sotos ribereños. A medida que avanza hacia el oeste, abriéndose paso entre la Mesa de Ocaña y los páramos de Chinchón, ve ensancharse su valle hasta llegar a las tierras de Aranjuez, donde recibe al Jarama. Ya juntos recorre tierras toledanas que anuncian ya, las todavía lejanas dehesas extremeñas y portuguesas. Verterá sus aguas al Atlántico a través estuario del Mar de la Paja, uno de los humedales más valiosos de Europa.

De Teruel a Peralejos

No hay trenes, los autobuses con horarios imposibles. El viajero decide ir en bicicleta.

Por fin en Peralejos, jornada áspera, desde la ciudad de los amantes y el mudéjar hasta este escondido lugar. Se han dejado atrás los pueblos de Cella y Monterde, pasado de la vertiente de aguas mediterránea a la atlántica entre Orihuela del Tremedal y Orea, descendido el río Cabrillas por Checa y Chequilla, para atravesar en línea recta de la ribera de este afluente a la del Tajo.

Dura jornada; la mayor parte de subida, con fuertes rampas en la ultima parte del recorrido que han obligado al viajero a echar pie a tierra, para terminar con un vertiginoso descenso hasta este recóndito pueblo donde comenzaban su andadura los gancheros. Todo esto aderezado con el imprescindible pinchazo, y acompañados por el cierzo fuerte y helado que entumecía las mejillas, paralizaba el avance y deprimía el espíritu.

Peralejos, pueblo con lo mínimo; dos bares mal surtidos, ninguna tienda, hoteles y casas rurales cerrados, hermosa iglesia con el caserío al rededor. Se oculta el sol y el frío comienza a dejarse sentir, el mercurio bajara esta noche hasta alcanzar la decena bajo cero. El viajero se aloja en Casa Pura. Antiguo caserón de piedra, el pasillo alicatado con cerámicas de motivos azules. La habitación inmensa, amuebladas con tres camas cubiertas con colchas de hilo. Dos ventanas abiertas en el lienzo de muro blanco. La cena corriente, como el precio: pan blanco, sopa y chuletas de cordero.

Guía Práctica

Salida: Teruel
Llegada: Peralejos de las Truchas
Época: Todo el año. En invierno puede haber nieve
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Media-alta por el kilometraje
Distancia: 130 Km.

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