canal de castilla
Tercera Jornada: Villarramiel - Medina de Río Seco / Dueñas - Palencia

El Canal

Jueves 27 de noviembre.

Amanece un día despejado y un tibio sol ilumina los escarchados rastrojos de Tierra de Campos. A pesar del sol hace frío, mucho frío.
Utilizan los viajeros un camino que en oblicuo les llevara al canal. Hay diseminados por los campos extrañas edificaciones, de formas cuadradas y redondas, combinaciones de las dos y en cualquier estado de conservación. Están construidas de adobe y constan de varias paredes concéntricas en su interior para multiplicar la superficie y pode alojar mayor número de aves. Son los palomares, muy abundantes por estas tierras.

Pedalean por la margen derecha escoltados por hileras de árboles desnudos, sin hojas y sin pudor, esperanzados en una nueva primavera que les devuelva sus atuendos y la alegría.
Se ven desperdigados sobre la llanura pueblos inmóviles, como sin vida, a lo largo del cauce aparecen aquí y allá pequeños retazos de bosque de ribera, a los que sin duda da vida el Canal. A lo lejos, sobre la corriente, una mancha blanca se desplaza con lentitud, al acercarse se transforma en un hermoso cisne.
Van transcurriendo los kilómetros con placidez cuando ¡sorpresa!, son las amigas de ayer. Les cuentan a los viajeros que han venido desde Oñate y que hacen tramos de ida y vuelta desde determinados puntos del Canal. Hoy han dejado el vehículo en Medina de Rioseco y pedalearán probablemente hasta Castromocho y regreso. Se hacen unas fotos, intercambian direcciones de correo y se alejan prometiéndose que se pondrán en contacto. Por la margen izquierda entran en la provincia de Valladolid, piensan que a la altura de la esclusa numero siete, ya rehabilitada, entre el palentino Belmonte de Campos y la vallisoletana Villanueva de San Mancio.

Se acerca la ciudad de los almirantes, se nota en el aumento del paso de transeúntes y deportistas que utilizan las márgenes del Canal para hacer ejercicio. Se topan, casi de improviso, con el dique seco que utiliza el Antonio de Ulloa para carenar y a continuación la majestuosa dársena de Medina de Rioseco con sus 52 metros de anchura y 332 de longitud y su impresionante fábrica de harinas. Del otro lado atracada junto al muelle la embarcación turística que de martes a domingo –hoy es jueves y está cerrada, será por el frío- recorre esta parte del Canal. Almacenes y otros elementos anexos completan el paisaje,


Reflejos en el Canal


Primero visitar la población, después comprobar horario de autobuses a Valladolid. Se quedan a comer en Medina, el viajero ha preguntado antes por un buen lugar para comer y se ha enterado de que este es de los mejores y sin pensarlo dos veces entra:

-Buenas, para comer…
-Si señor, pase al comedor

El viajero que es de naturaleza “comiente” observa con atención y gula unos chorizos bañados en dorado aceite situados en una cazuela sobre el mostrador.

-¿Unas cervecitas y un par de esos chorizos troceados mientras nos sirve la comida?
-¿Usted no ha venido a comer? Pues pase al comedor que no les reservo la mesa.

El viajero que en estos casos prefiere ser “bien mandao”, se calla y obedece no vaya a ser que también les deje sin comer. Eso sí, comer lo hacen bien, un cocido completo: untuosa sopa de fideo, cremosos garbanzos con berza, chorizo y tocino, ¡ah! Y su relleno. Postre y café con sus tres gotitas de orujo “pa rebajar”.

Ya en el autobús camino de Valladolid suena el teléfono
- ¿Oiga, es Mariano Vicente?
- Si soy yo, dígame.
- Somos del hostal Zamorano, que ha habido un error y no tenemos habitación para ustedes.
Después de exigir algunas explicaciones a través del móvil los viajeros se plantean la nueva situación. Quedarse a dormir en Valladolid o hacer algún tramo de Canal.
El trayecto entre Valladolid y Dueñas tienen oído que es muy urbanita e industrial. Llegan a Valladolid y en ese momento anuncian un autobús para Dueñas con salida inmediata, y no se lo piensan, hasta Dueñas.

En camino


Visita a la población, algunas fotos de recuerdo y en marcha. Es tarde y si quieren llegar hasta Palencia de día, tendrán que darse algo de prisa.
Afortunadamente el viento ha ido amainando desde ayer y en este tramo, aunque viene de frente no molesta demasiado.
Se encuentran los viajeros casi de improviso con las esclusa 38 y al poco con la 37 que ahora la numeración es en disminución, son rectangulares y más pequeñas que las ovaladas.
En el soto de Albúrez están la 36, la 35 y la 34 las dos primeras rectangulares pertenecientes a la etapa privada del Canal y la última ovalada, de su primera etapa.

En Villamuriel, población canaliega, está la 33 y sus edificaciones anexas.
Se hace tarde, empieza a oscurecer y el frío se deja sentir. Ya queda poco para Palencia. Cerca de Villalta y junto a un puente nace el denominado ramal de Palencia que tomaremos por su margen derecha hasta la capital palentina.

Se acomodan los viajeros en el hotel Don Rodrigo. Se duchan y visten con ropas “normales” para ir a cenar, la atractiva recepcionista les ha recomendado Casa Pepe’s y a ella se dirigen.
Toman de entrante una especie de pastel de trufas y unas croquetas de vieiras adobadas -solo se tienen unas horas en un vinagre especialmente aromatizado-, lo que las confiere un sabor especial. Están ricas, ricas.
Se deciden por el lechazo como plato fuerte que acompañan con un buen vino de Ribera de Duero. El postre una extraña combinación –por aquello de la cocina de autor-, de melocotón en almíbar al horno relleno con una crema helada. Se quedaron con las ganas de pedir otra botella de vino, pero tampoco era cuestión de abusar.

Guía Práctica

Salida: Villarramiel
Llegada: Medina de Ríoseco
Salida: Dueñas
Llegada: Palencia
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: Baja
Distancia: 49.85 Km.

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