Las vías verdes designan infraestructuras de comunicación destinadas a usuarios no motorizados, peatones, ciclistas, persona de movilidad reducida y a todos aquellos que no quieren o no pueden conducir un vehículo a motor. Se desarrollan sobre trazados ferroviarios desafectados y caminos de sirga de canales, caminos de peregrinación, de trashumancia, forestales, de obras hidráulicas etc., se trata en definitiva de trazados ya existentes reacondicionados a las nuevas necesidades de la sociedad. Se trata de infraestructuras prácticamente ininterrumpidas, fáciles y cómodas de recorrer y sobre todo seguras, integradas en el paisaje y jalonadas de elementos que recuerdan su origen, señalizaciones, estaciones, casetas de esclusas que pueden destinarse a nuevos usos relacionados con las vías verdes.
Las vías verdes ofrecen a los ciudadanos recorridos seguros, fáciles y cómodos, actos para personas de cualquier edad o condición física, especialmente accesibles a las personas vulnerables (discapacitados, ancianos, niños etc.) pero también viables para ir al trabajo o a la escuela, ir de compras o simplemente pasear. Fomentan la movilidad no motorizada, contribuyen al desarrollo regional y permiten rehabilitar y preservar los antiguos trazados ferroviarios en desuso. Las vías verdes presentan trazados de suaves pendientes (máximo de un 3%), autonomía física real con relación a la red de carreteras con un numero reducido de cruces, continuidad de los trazados mediante el mantenimiento del dominio publico, cuyo trazo se reconoce con facilidad por sus características físicas y por su integración con el paisaje. Las vías verdes no sólo constituyen ejes de comunicación ideales, ya sea en el marco de los desplazamientos utilitarios o actividades de ocio, sino que también son una fuente de bienestar físico y salud.
El programa de Vías Verdes es fruto de la estrecha colaboración entre la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, diferentes Administraciones Publicas, Renfe, Feve y diversos colectivos y asociaciones ciudadanas. En 1993 se elabora un inventarío nacional de líneas ferroviarias en desuso, lo que permitió identificar 98 líneas ferroviarias desafectadas del tráfico ferroviario con 5.764 Km, 954 estaciones y apeaderos, 1.070 puentes y viaductos y 501 túneles. Otras 89 líneas de carácter minero e industrial que no dependían de ningún organismo publico con un total de 1.920 se sumaron al proyecto. Este programa financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, las administraciones autonómicas, regionales y locales ha permitido recuperar 947,8 kilómetros de líneas en desuso con 37 recorridos y un montante económico de 5.613,9 millones de pesetas. Están en diferentes fases de estudio y acondicionamiento otros 24, todos ellos transitables con algunas dificultades. Son muchos más los que se pueden recuperar solo falta querer hacerlo.
Las vías verdes no resuelven por si solas los problemas de contaminación y congestión que sufren las ciudades, pero incorporadas a una política más general de desarrollo sostenible pueden contribuir a lograrlo. El éxito de las vías verdes esta asegurado si, paralelamente, va unido a un cambio de mentalidad por parte de los ciudadanos y de los poderes públicos. Las vías verdes forman parte de un amplio movimiento social que propugna la vuelta a una mejor calidad de vida y revindica el derecho a escoger su propio medio de desplazamiento, excesivamente supeditado hoy en día al automóvil.