Pamplona, es el gris de las viejas piedras, usurpado por el verde del musgo en las umbrías. Negro del asfalto y azul profundo en las alturas. Pedaleamos hacia Zizur (Muro-Astrain), buen asfalto tapizado de recuerdos para subir el Alto del Perdón. En plena bajada hay que desviarse a la izquierda para dirigirse a Uterga.
Primero fue el puente.
Construido en el siglo XI para facilitar el tránsito de los peregrinos
de toda Europa que confluían aquí para cruzar el Arga y seguir juntos
hasta el finisterre gallego. Paso forzoso que la necesidad transformo
en calle y jalono de casas e iglesias, rúa mayor se llamo y el puente
dio nombre al pueblo y este lo incorporó a su escudo. Puente del Arga o
de la Reina, no se sabe bien de cual, si de doña Mayor esposa de Sancho
el Mayor o de la esposa de Don García el de Nájera, Estefanía.
Románico y hermoso, consta de siete arcos de medio punto y sobre los
tajamares otros más pequeños, que lo hacen más airoso y sirven de
aliviadero en caso de avenidas. Llego a estar armado con tres torreones
defensivos, dos en sus extremos y otro central que hacía las veces de
capilla.
Concedió Alfonso el Batallador un lugar espacioso y llano, entre el
puente y el prado de Obanos para cuantos la poblaran, y la facultad
para cultivar las tierras, gozar pastos y cortar leña, pero quien no
construyese su casa en el plazo de año y medio, perdería el solar y
pagaría una pena de 60 sueldos a los dueños de la Villa, los Monjes
Guerreros del Templo de Jerusalén. Les permitía así mismo la venta de
pan y vino a los peregrinos, pero no cobrarles hospedaje por la noche,
bajo multa de 60 sueldos. (1)
De iglesias, conventos y hospitales no voy hablar, que cada uno se
instruya a su mejor parecer.
Salimos de Puente la Reina, comienzo de nuestro peregrinar, siguiendo el curso del río Arga al igual que lo hizo Abd al-Rahman III después de saquear Pamplona, nosotros por una carreterilla llana y en buen estado que nos conduce a Mendigorría primero y a Marcilla y Villafranca después. Río este de abundante caudal, pero amable y tranquilo, al que acompañaremos hasta que entregue sus aguas al Aragón, y este a su vez haga lo mismo en el Ebro, pocos kilómetros antes de Tudela.
Nuestra primera etapa sobre la bici, ha sido discreta, solo un obstáculo en nuestro camino, el alto del Perdón, si es que podemos definirlo así, más nos ha costado encontrar dónde comer, pues por unas circunstancias u otras lo hemos tenido complicado. El alojamiento en Tudela, algo antiguo, necesita una actualización. En total han sido 110 kilómetros, todos por carreteras tranquilas y buen asfalto. El desnivel positivo tampoco ha sido alto, solo el viento se ha dejado notar.
Sábado y domingo, las autoridades, ocupadas en sus quehaceres no nos pudieron atendernos.
(1)José María Jimeno Jurío. Puente la Reina, Confluencia de rutas jacobeas. Panorama 29.
Salida: Pamplona
Llegada: Tudela
Época: Todo el año
Porcentaje de ciclabilidad: 100 %
Dificultad: Baja
Distancia: 110 Km.
Desnivel +:600 metros.