Intruducción
La
bicicleta no contamina, es silenciosa, ocupa poco espacio, da
gran libertad de movimientos, prácticamente cualquier persona y
a cualquier edad puede utilizarla. Apenas gasta energía, y con ¼
parte de las calorías que consume un peatón alcanza una
velocidad mayor que la de éste. Se puede adquirir por poco
dinero, y su mantenimiento resulta sencillo y económico. Además,
permite el ejercicio físico simultáneo al desplazamiento,
contribuyendo así a prevenir y paliar enfermedades
cardiovasculares.
La adopción de actuaciones públicas a favor de la bicicleta como
medio de transporte y vehículo para el tiempo libre, además de
beneficiar a sus directos usuarios, habría que entenderla como
una apuesta por la equidad y la comunicación social; por
incrementar la movilidad y la autonomía de las personas; por
frenar el deterioro ambiental; por fortalecer la salud de sus
habitantes; por potenciar el disfrute personal y del entorno;
así como una opción por la responsabilidad con respecto a las
generaciones futuras, comprometiéndose con un modelo de sociedad
más habitable y sostenible.
La práctica del ciclismo en sus diferentes vertientes (medio de
transporte, deportiva, turística, lúdico-recreativa) está, sin
embargo, condicionada en gran medida por las condiciones de
riesgo en las que se realiza. El riesgo que experimentan los
ciclistas es fundamentalmente producto del hecho de tener que
compartir vías en las que los vehículos motorizados alcanzan
altas velocidades.
Este proyecto se elabora precisamente pensando, no tanto en
el/la ciclista deportivo actual, sino centrando la atención en
esa gran masa de ciudadanos murcianos que, en las circunstancias
actuales no se atreven a coger la bicicleta (o la utilizan con
miedo), y que no llegan a poder disfrutar del placer de pedalear
en un entorno agradable, atractivo, tranquilo y cómodo. Son cada
vez más las personas que buscan un ocio ligado a un conocimiento
y contacto con el medio rural que permita un disfrute no
agresivo con la naturaleza, y posibilite también realizar un
ejercicio físico moderado. Desde esta perspectiva el ciclismo es
un modo de desplazamiento perfecto.
Pensamos que una red de vías específicas para bicicletas para la
Región de Murcia es perfectamente factible, deseable y
resultaría una iniciativa beneficiosa para el conjunto de la
sociedad murciana.
- la promoción del turismo y de la infraestructura hostelera: creación y/o potenciación de albergues, casas de turismo rural, campings, estaciones ciclistas (que integrarían servicios de comidas y bebidas, duchas, alojamiento, venta de accesorios para ciclistas, reparaciones, tienda de alimentación, etc.)
- la preservación y mejora del medio natural: replantaciones y mantenimiento de bosques, desbroce de caminos y pistas, actuaciones de mejora paisajística, etc.
- la recuperación del patrimonio arquitectónico abandonado: recuperación de edificios ligados a la infraestructura ferroviaria abandonada para su reconversión a distintos usos (hosteleros, culturales, medioambientales, etc.).
- la potenciación de la educación medioambiental: creación de escuelas de naturaleza y centros de interpretación del entorno; señalización de arbolado, lugares y patrimonio arqueológico, etc.
- el fomento de servicios de ocio, cultura y comercio: creación y apoyo a empresas de guías de grupos, ecomuseos, gastronomía, alquiler y reparación de bicicletas, y venta de complementos para el ciclismo, etc.
El proyecto de creación de una red murciana de carriles-ciclables
no tiene porqué suponer un excesivo costo económico, y en
cualquier caso representaría un gasto infinitamente menor que lo
que viene a suponer la construcción de cualquier tipo de vía
destinada al tráfico motorizado. En última instancia, supondría
una inversión que redundaría en la mejora del bienestar y la
calidad de vida de la Comunidad Autónoma de Murcia y sus
habitantes.
CRITERIOS DE TRAZADO Y DISEÑO
1. Vías de comunicación interurbana
Las vías que se creen deberán ser, con preferencia respecto a
cualquier otro objetivo, facilitadoras de los desplazamientos
entre las localidades por las que transcurran. Serán, por tanto,
trazados funcionales, directos y seguros para potenciar la
comunicación ciclista interurbana.
2. Tipología de vías
La red ciclista a la que hace referencia esta propuesta deberá
estar esencialmente compuesta por pistas-bici, esto es,
vías especialmente acondicionadas para el tránsito de
bicicletas, y segregadas del tráfico motorizado. La razón de
ello es que este tipo de vías son las que en mayor medida
garantizan al/la ciclista su seguridad.
Excepcionalmente, en el caso de carreteras con baja intensidad
de tráfico motorizado, podría admitirse que la red integrara
tramos de carril-bici separados de la calzada bien por
bordillos o resaltes, bien por una ligera elevación del
pavimento.
3. Peatones
La red de carriles-ciclables eludirá los conflictos con
l@s peatones, procurando no restarles espacio, comodidad o
seguridad. Asimismo, en la medida en que esto fuera posible,
dichas vías posibilitarán los desplazamientos de peatones y
personas minusválidas, salvaguardando siempre la seguridad de
l@s distint@s usuari@s de estas vías.
4. Aprovechamiento de infraestructuras viarias en desuso
La red se deberá crear aprovechando preferentemente, en la
medida en que esto fuera posible, los trazados abandonados de
vías férreas u otras infraestructuras lineales en desuso, como
vías pecuarias, caminos forestales, etc. para su reconversión a
vías ciclistas.
Además, intentará la recuperación del patrimonio arquitectónico
vinculado a dichas infraestructuras que eventualmente exista,
para su utilización turística, educativa o cultural.
5. Acceso directo
Deberán ser infraestructuras que no exijan la utilización del
automóvil para acceder a ellas, sino directamente accesibles en
bicicleta desde las localidades por las que transcurre o, en
caso contrario, debidamente conectadas a través de los
transportes colectivos.