¡Un día magnifico! Así fue la maravillosa jornada de pedaleo en familia del pasado sábado. Un día para los amigos, para el encuentro, la convivencia y el disfrute. Más de doscientos amigos nos concentramos en el Niño de Mula para conmemorar el XVII Día de las Vías verdes. Parece mentira, pero han pasado ya diecisiete años desde nuestra primera convocatoria, desde que comenzamos a celebrarlo un reducido número de amigos, con la vía verde recién inaugurada, ¡esa desconocida! Recuerdo que era a primeros de mayo y sistemáticamente acabábamos empapados y decidimos aplazarlo hasta finales, esperando un tiempo más benigno. Ahora tenemos más canas, más años, pero conservamos la misma ilusión y muchísimos más amigos.
Porque si por algo se caracteriza esta jornada es por eso, por los amigos, de Xixona, de Alacant, de Cartagena, de Albacete, de Murcia, de Lorca, de la Vega del Segura..., para que seguir, imposible mencionarlos a todos. Porque es una jornada para vivirla en familia, alejada de veleidades deportivas, de la competición y el estrés; para pasear y pasarlo bien charlando, haciendo amigos, manteniendo la ilusión hasta el final con la incertidumbre del sorteo, en una palabra; ¡disfrutando!
Como en años anteriores ha sido imposible hacer una foto donde aparecieran todos los amigos que asistían al evento, no hay forma de juntarlos a todos delante de la maquina. Hemos comenzado a pedalear desde Niño de Mula bajo un cielo luminoso y una temperatura muy agradable. Primera parada ¡y fonda! ya en la estación de la Luz, continuando hasta la entrada de Bullas donde nos esperaba la Policía local. Desde estas líneas, darles las gracias por su amabilidad y profesionalidad. Pasado Bullas, segunda parada y fonda, esta con contundencia, dejando las existencias bajo mínimos. Con ánimos renovados continuamos hasta Cehegín y Caravaca, donde bajo la protección de la atenta Policía Local, fuimos conducidos hasta la basílica de la Vera Cruz.
La anécdota de la jornada la protagonizo un chavalín de Xixona al que las apuestas le daban poco recorrido, pero no. No solo aguanto -y a buen ritmo- todo el recorrido sino que tuvo el pundonor -que algunos de los mayores no poseyeron- de subir hasta el Santuario de la Vera Cruz. ¡Ánimo!, ya eres un gran ciclistas pero veremos cosas tuyas importantes.
La comida se desarrollo dentro de lo previsible hasta que a los postres comenzamos con el sorteo. Nervios, emoción, ansiedad a duras penas contenida cada vez cantábamos el numero, no hacía falta comprobarlo, lo tenían memorizado y saltaban de la silla al oírlo. Y así hasta el regalo estrella; la bici, que esta vez se quedo en Murcia.
Mariano Vicente, mayo de 2015.
Fotos Bicimur |
Fotos C.C. Xixona |
Video Club Cilista Xixona |
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