Ruta de las Ramblas II (Puerto de MazarrÓn)
Itinerario: Solitaria rambla del Puerto de Mazarrón.


Es temprano y hace tiempo que estoy despierto. Por la ventana entra esa luz grisácea del amanecer, y con ella, los profundos silbidos de un estornino, que encaramado en la antena de televisión, lanza al aire húmedo de la mañana. Se ha empeñado en ser mi despertador los pocos días que este verano he podido venir hasta el Puerto de Mazarrón. Hoy haré una salida en bici con José Luis, a los 8.30 vendrá a buscarme, así que aun tengo tiempo para prepararme y desayunar tranquilo. Me preparo un buen café en la italiana, y unas buenas tostadas de unas barras “de a kilo”, que venden aquí en el Puerto. ¡Me encantan!

Aún no son las 8.20 y ya esta José Luis en la puerta. Lo saludo y le digo que espere, voy a llenar la mochila de agua, la ruta que hemos decidido hacer hoy es corta, muy agradable y solitaria, pero hay que llevar provisión de agua, al fondo de las ramblas no suele llegar la brisa y se nota el calor, aunque la temperatura ha bajado algo estos días, ya estamos en septiembre.

Nos ponemos en marcha, por el paseo marítimo salimos del Puerto. Pasamos El Alamillo y continuamos; después de la rotonda, por un camino paralelo a la carretera de Cartagena (N-332-1) o por la misma carretera si nos apetece, para tras recorren poco más de un kilómetro girar a nuestra izquierda por un camino que nos lleva hasta el camping. Lo pasamos y nos introducimos en la pequeña, pero no por ello menos atractiva, rambla de la Alameda.
Nos introducimos en el cauce para pedalear entre escarpados montes de esparto y tomillo, de perdices y palomas. Pedaleando sobre arena que hará difícil el avance pero no imposible. No es muy larga, pronto tendremos que abandonarla, lo que nos obligara a esforzarnos para salir del cauce. Antes de llegar al collado, nos introducimos hacia la cabecera de otra rambla: la de los Molares. Remontamos su cauce durante kilómetro y medio y como amantes inseguros, la abandonamos por otra.

Subimos hasta el collado para dejarnos caer hacia la casa de la Viña, donde nos introducimos de nuevo en el cauce; pero esta vez en él de la Rata, que en menos de quinientos metros, junto a la casa de Bernabé, desemboca en la de Valdelentisco.
Nos dirigimos cauce arriba, entre cañas, arena y polvo. Este cauce es utilizado por los “guiris” que se han instalado en las antiguas casas de labor, antaño abandonadas y hoy remozadas. Les gusta la soledad a estas gentes.
Seguimos pedaleando entre cañas, chumberas e higueras, a estas horas, acompañados ya por las cigarras y su canción monocorde. Llegamos al caserío de Valdelentisco, salimos a la carretera y recorremos los escasos mil metros que nos separan del collado de La Cuesta (352 m.)

Aún hay que seguir subiendo, por nuestra derecha sale un camino con las orillas plantadas de buzones que nos lleva al collado de Masajarte. Disfrutamos de hermosas vistas, tanto de la rambla de Valdelentisco; como del golfo de Mazarrón y las sierras de las Moreras y Herrerías, por nuestra derecha. A nuestra izquierda; el basto campo de Cartagena y la sierra de los Barbastres. Al frente, Peñas Blancas y la recoleta rambla del Esparrillar.

Nos dejamos caer, hacia nuestra derecha, por un camino que lleva a las antiguas y diseminadas casas de labor que pueblan la cabecera de esta rambla, hoy habitadas por “guiris”-que nadie interprete esta expresión de forma despectiva, pero la diversidad de nacionalidades, especialmente centroeuropeas que se han asentado en estas casas, nos obliga a ello-.

Casi sin darnos cuenta rodamos por el cauce; acompañados en algunos tramos por antiguos bancales escalonados en las pinas faldas, hoy abandonados. Antiguas casas, derruidas y abandonadas, se alzan en las laderas testigos de otros tiempos; veteranos almendros, retorcidos, abrasados por el sol, sobreviven como pueden; curtidas higueras de formas imposibles se encaraman a las laderas; viejos algarrobos, sustento antaño del exiguo ganado de los moradores de la rambla, viven del rocío que humedece las madrugadas. Por nuestra derecha desembocan barrancos de sugerentes nombres: los Grajos, del Lobo...nos encontramos incluso algunos pinos, antes de que nuestra entrañable rambla se rinda en otra mayor, una vieja conocida: Valdelentisco.

Rodaremos rambla a bajo, nos abriremos paso entre guijarros. Poco a poco iremos ganando terreno hasta llegar a la carretera. La cruzamos, y continuamos por el cauce sin un camino definido hasta el camino asfaltado que lleva a la impulsión de Valdelentisco.
Poco nos resta por hacer, continuar hasta la carretera de regreso al Puerto de Mazarrón e hidratarnos convenientemente. Os recomiendo las manitas y el cazón; el sitio: el bar los Vivancos, un viejo conocido en el Puerto.

Mariano Vicente, septiembre 2010

Información General

Texto y fotos: Mariano Vicente
Guía Práctica

Situación: Puerto de Mazarrón (Región de Murcia)
Época:
Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Dificultad: baja
Distancia: 30.60 Km.

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